Para que acate Mariana
de tus privilegios parte,
necesitabas armarte
de una espada toledana.
Conde... nado ¡acepta ya!
de tu vigencia el ocaso
pues si das en falso un paso
¡te vas para el más allá!
Tú con puro ¡bla, bla, bla!
pasas semana a semana
en la alcoba soberana
tendida para el placer
ya tú no sabe qué hacer
para que acate Mariana.
A tus años coquetear
y proponer una cita
de una muchacha bonita
es el respeto faltar.
De ella ponte en su lugar
y enseguida ¡vas a odiarte!
ya debes de retirarte
pues no te encuentras en forma
y porque ella no conforma
de tus privilegios parte.
Actitudes dilatorias
ante propuestas de amor
son pa’l buen entendedor
negativas perentorias.
En las artes amatorias
¡tú no eres más que un ensarte!
y si has querido probarte
que aún mantienes la hombría
sobre todo de energía
necesitabas armarte.
La gente está que se empacha
del arranque que te dio
y aunque tú creas que no
¡seguirá tu mala racha!
¿No sabes que una muchacha
es dura como avellana?
ante una bella peruana
pa’ que no hagas tonterías
con urgencia requerías
de una espada toledana.
* planta de Ricardo Palma – Tradiciones Peruanas “El divorcio de la condesita”
© 2007 Luis Bárcena Giménez
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